jueves, 29 de junio de 2017

ABETO, ESENCIA DE LA LINEA RECTA

Formas abetos:
1 ejemplar solitario, 2 integrado en el bosque, 3 fuste partido y rama como fustes secundarios, 4 forma de candelabro sin perdidas de fuste principal ni de la guía.
Troncos:
5 dobles, 6 pareados, 7 tronco unido a tocón vivo. (ver: 
http://territorioinquieto.blogspot.com.es/2017/04/arboles-en-famila.html)
Cuando  pensamos en un abeto nos imaginamos un árbol con un tronco muy recto; bueno de las dos ideas: uno y recto, hay una que es siempre cierta y la otra solo a veces.
En un abeto un tronco que no sea recto es muy, muy, difícil de ver, pueden crecer curvados en su base pero enseguida enfilan verticalmente y ya no dejan de hacerlo de otra forma. Sin embargo lo de un único tronco no siempre es así, de hecho encontramos troncos pareados (dos troncos juntos que parece comparten raíces), dobles (que se bifurcan a ras de suelo o a cierta altura), o en una forma que nos recuerda a un candelabro (ramas de las que parten troncos secundarios)  más frecuentemente de lo que nos esperamos.

Forma de candelabro, rama como tronco secundario 
En el caso de la forma de candelabro esta suele suceder cuando se pierde la guía principal como en árboles puntisecos, o con el fuste partido; el árbol a partir de una rama desarrolla otro tronco que sustituye al original, esto que lo hacen otras coníferas pero no de un forma tan recta, la rama con el tronco suele formar un ángulo recto, y el tronco secundario es recto, como no y su aspecto general nos recuerda a un candelabro con sus velas.
Pero hay abetares donde esto va mas lejos, los abetos sin haber perdido la guía o el tronco principal desarrollan entre uno y cuatro (seis) troncos secundarios todos rectos, partiendo en ángulo recto de una rama baja y todas ellas en más o menos al mismo nivel. Aquí no vale decir que es para sustituir al tronco principal, pues casi todos lo conservan, podemos pensar en el ataque de “algo” que los estimule así, un virus, una bacteria un insecto o mejor dicho las sustancias que liberan estos y como reacciona el árbol, esto suele explicar las ramas mucho mas densas de follaje como “las escobas de bruja” cuyo causante es un hongo, o curvaturas imposibles en ramas y troncos (ahí si que interviene un lepidóptero). Tal vez la explicación fuera una mayor insolación pues este abetal esta orientado a solana y todos los brazos salen hacia el sur que coincide con la orientación de la ladera. Es posible que la explicación sea otra, y como siempre estaré encantado de conocerla. La  recta es la distancia mas corta entre una duda y su resolución.


viernes, 23 de junio de 2017

VIAJAR POR VIAJAR

         
       No hace mucho tiempo un conocido me preguntaba ante mi falta de ilusión por viajar a ver los lugares que todo el mundo conoce, y porqué en mis excursiones siempre volvía a los mismos sitios cercanos a casa; en ese momento y para afrontar la difícil explicación recordé que hace años leí en una revista la entrevista a un escalador, y aunque su nombre era desconocido para mí lo ponían de entre los que hacían actividades interesantes en este deporte, pero que no era muy popular porque no iba de expedición a subir famosas montañas del Himalaya, muy sinceramente explicaba que a él lo que le gustaba era escalar y que cuando vas de expedición se pasan la mayor parte del tiempo viajando y en proporción muy poco tiempo escalando, por eso prefería quedarse cerca de casa que aún quedaban retos importantes que realizar con la escalada.
         Así que yo, no sintiéndome “ya solo en el mundo” le respondí que por dos razones no me gustaba viajar por viajar:
Por una parte estaba que los lugares a los que volvía eran como los amigos verdaderos, a los cuales no ves habitualmente, no les felicitas su cumpleaños, ni les haces regalos en navidad, pero sabes que siempre estarán ahí y de tiempo en tiempo te gusta estar con ellos, simplemente para ver que tal les trata la vida y comprobar que debajo de cargas familiares, dolores y problemas cotidianos, su espíritu sigue siendo el mismo que te hizo ser su amigo.
    Por otra parte los sitios a los que vuelvo repetidamente son lugares cercanos, por lo que pierdo poco tiempo desplazándome, su territorio me acepta y me va descubriendo secretos en cada visita, entre otras cosas porque en cada visita  busco o me interesaban cosas diferentes del mismo lugar, por lo que en cada visita mi mente (mis deseos, intenciones e intereses) es diferente a pesar de que el lugar es el mismo. Seguramente la primera vez habré ido con una visión de excursionista, el lugar me parecía interesante y además estaba cerca; después si he leído algo sobre la geología veo su relieve o las rocas que lo forman, en la siguiente visita a lo mejor me fijo en determinadas plantas y casi no veo las piedras del suelo, después de haber hablado con algún habitante de la zona, veo como se me insinuaban antiguos caminos tapados por la vegetación o campos abandonados. Y así en cada visita cambiaba el paisaje aunque el territorio siempre es el mismo, y la suma de todos los paisajes hace que el lugar sea especial para mí pues, tengo muchas lecturas del mismo territorio, lo comprendo y me siento como en mi casa, y además como esta cerca puedo ir en cualquier momento y no tengo que eseprar a unas vacaciones a organizar un viaje etcétera.

        
     Tal vez ahora es cuando debo explicar las diferencias cuando hablo de territorio y cuando hablo de paisaje. El territorio es un espacio físico dado con unos limites naturales o artificiales pero interpretado desde el punto de vista de la ciencia; cada ciencia (geología, biología, etcétera)estudia una parte y nos da una información lo más objetiva posible. La información mejora en calidad cuando conectamos varias ciencias (geografía, ecología entre otras), así el medio natural nos puede ayudar a entender el poblamiento humano, y los aprovechamientos que hacemos (o hemos hecho) del medio natural nos permite entender su estado actual.
         Desde el momento que yo interiorizo ese territorio, lo veo con mis ojos se transforma en paisaje. Por lo que cada territorio generará tantos paisajes como visitantes o al menos como intereses de esos visitantes, incluyendo por supuesto a los habitantes o simplemente a los que trabajan en él, ningún paisaje será falso, aunque no todos serán igual de ciertos o valiosas y todos serán necesarios para conocer y para comprender el territorio.
         Seguramente a los lugares donde todo el mundo quiere ir, los lugares de moda y a pesar del gran número de visitantes, generen muy pocos paisajes diferentes en especial en los momentos de máxima afluencia; hace unos años en una jornadas sobre museos pirenaicos nos dio una conferencia un señor, perdonad que halla olvidado su nombre, sobre los turistas que era su tema de estudio; contaba la focalización de determinados lugares, de partes muy concretas de estos, incluso entre las personas que viajaban por su cuenta y el poco tiempo que dedicaban al motivo del viaje. Comentaba como el viaje se había convertido en un rito social y que se debía cumplir de forma precisa, si vas a Granada y no vas a la Alhambra a que has ido? .

         Ahora habría que añadir que ya no solo es ir al lugar que todo al mundo ha visto, y hacerse la foto que mostrabas a las visitas en su voluminoso álbum,  lo importante ahora es difundirlo por las redes sociales al momento, sin seleccionar (ni eliminar nada), sin reflexionar sobre lo visto, lo vivido y seria de esperar lo aprendido; enseñarlo no para compartir sino para dejar claro: “chínchate yo estoy aquí y tu no”.

viernes, 16 de junio de 2017

CUANDO LO RARO ES ABUNDANTE

El líquen Teloschistes chrysophtalmus 
Hace años fotografié un liquen que me llamo la atención, era de color naranja y un tanto ramificado (fruticuloso) muy diferente al resto de líquenes en los que me había fijado, resulto ser una especie rara por escasa (de nombre Teloschistes chrysophtalmus) y su escasez le daba mayor valor, tal vez por eso aprendí a reconocer su color naranja  frente al naranja apagadillo de los líquenes que comparten y dominan las ramas donde vive, bueno pues si alguien leyera mi cuaderno de campo aparecen reseñadas varias poblaciones del liquen raro mientras que de su compañero abundante no, mis observaciones no reflejan la realidad de la naturaleza, sino la de mi cabeza que se percata de lo que a ella le parece más importante, no es lo que percibimos sino como lo vemos y como lo almacenamos en nuestra memoria.
La salicornia enana Halopeplis amplexicaulis 
Igual ocurre a la hora de realizar atlas de distribución pongamos por ejemplo de aves, los colaboradores locales no suelen recoger las especies más comunes pues las consideran siempre presentes y llegan a ser invisibles, de manera que en algunos atlas los problemas han surgido de la escasez de datos de especies como gorriones, urracas o gaviotas.
Si esto ocurre con los naturalistas también pasa con los científicos, en los herbarios, por poner un ejemplo, las especies más raras pueden estar representadas por un número mayor de pliegos a veces de la misma localidad pero de diferentes recolectores, que las especies más comunes.
A veces hay que hacer un tremendo esfuerzo para observar la naturaleza no como a nosotros nos interesa sino como es.

Salada monegrina con una gran población de salicornia enana ya seca y que da un color amarillento al suelo. No solo domina el fondo seco de la salada sino que es prácticamente la única especie.
Pero otra cosa es que determinados organismos raros, llamados así no por su aspecto que puede ser de lo más habitual sino por tener una distribución reducida a escasas localidades, pueden ser una de las especies más abundantes por no decir la dominante en número en esas escasas localidades. Es el caso de una modesta planta de Monegros, la salicornia enana, habita en suelos húmedos pero muy salinos donde otras especies incluyendo las que tiene adaptaciones para vivir en estas condiciones no lo conseguirían; esta planta anual y de pequeño porte solo se encuentra pues en lagunas saladas, mejor dicho en el fondo de los mismas cuando se secan, y así lo hace desde los desiertos de Pakistán, el Sahara y un rosario de localidades con estas condiciones por el sur de Europa. Esta planta es rara en Aragón por su escasez, aunque tiene una distribución muy extensa; pero en las localidades donde se encuentra, y en años propicios es la planta dominante, entre otras cosas porque no hay ninguna otra capaz de vivir en esas condiciones, por lo tanto es rara en la región pero a la vez la más abundante en su localidad.
A veces y solo a veces, lo raro por escaso es lo más abundante.



viernes, 9 de junio de 2017

TRASMOCHOS NAVALES

Pero en las épocas de gran demanda de madera para la construcción naval lo mas importante no era  que esta fuera la adecuada por su resistencia a: esfuerzos, humedad,  salinidad y a todo el conjunto de organismos que se empeñan en devolver sus moléculas al ciclo de los nutrientes (pudrición).  Esto se reflejaba en la preferencia de una especies determinadas, unos tamaños y unas formas.
Para que los barcos fueran mas resistentes no se empleaba cualquier madera, en el casco dominaba el roble por su dureza y por la resistencia de su duramen a la humedad, mientras que el pino se usaba en la tablazón y en las partes donde era necesaria la ligereza y la flexibilidad, como en los mástiles; en este caso lo ideal era el abeto con sus troncos rectos y enormes pero no se encontraban en todas partes, solo en los Pirineos.
Pero aún teniendo la madera de la especie adecuada y el tamaño requerido, no valían árboles de cualquier lugar, en las coníferas se preferían las que crecían en lugares con condiciones difíciles, de escaso crecimiento con anillos de crecimiento estrechos, que da una madera más densa y resistente. Con las frondosas ocurría lo contrario se prefería los que venían de zonas húmedas que permitan a los arboles un mayor crecimiento y madera mas dura.
Recorrido de Sakoneta en Alsasua
El siguiente problema era que al menos en el casco las piezas son curvas, madera de compás, y aunque la madera se podía labrar al hacerlo se corta las fibras de la madera, y en la zonas de mayor tensión esto reduce su resistencia. Lo ideal era encontrar las piezas ya preformadas en el árbol, es decir con un aspecto parecido al de la piezas que saldría de él. De esta manera el árbol ya había solucionado mejor el problema de las tensiones depositando en esas zonas más y madera y mas dura.
      Para solucionar que la madera de roble tuviera la forma necesaria se recurría a podarlos. Los árboles se podían dejar bravos que crecieran de forma natural solo realizando pequeñas podas, trasmochos sin guiar o trasmochos guiados. Hubo incluso una legislación para facilitar el que hubiera madera adecuada para la construcción de barcos que obligaba a dejar una parte de los trasmochos guiados en “horca y pendón”,  dejando un tramo vertical y una rama principal para después de ahí y después de varios años tener una pieza curva o una bifurcación, el corbatón, incluso quedo un dicho “si roble vas a podar, horca y pendón has de dejar”. Por supuesto que había conflicto, pues los propietarios de los árboles procuraban podarlos con la forma y la frecuencia según sus necesidades.


Trozo de madera con plantilla en el astillero de Albaloa en Pasajes
Tenemos un buen ejemplo de estos trasmochos guiados en Alsasua (Navarra), a unos 50 km de la costa, de ahí partían piezas de madera hacia los astilleros de San Sebastián incluso debían cambiar de cuenca orográfica, pero el valor de esa madera justificaba el viaje. En la actualidad en la citada población encontramos el recorrido de Sakoneta donde en un robledal se han dispuesto las plantillas de las piezas de madera requeridas para la construcción naval frente a los árboles que las podrían haber proporcionado.